Estas inversiones tienen el objetivo de reducir el consumo de energía y al mismo tiempo mejorar los niveles y la calidad de la producción. Algunos ejemplos de estas inversiones son:
- Sistemas de aire acondicionado eficientes
- Sistemas de refrigeración para uso comercial e industrial
- Equipos y máquinas de producción como tornos, hornos, bombas y motores eléctricos, calderas de vapor, etc.
- Maquinaria agrícola de alta eficiencia (tractores o sistemas de irrigación)
Es importante indicar que las inversiones elegibles en el contexto de la eficiencia energética deberán permitir, como mínimo, un 20% en ahorro de electricidad.